Febrero.
Ese mes en que la dieta ni está, ni se la espera. Ya hemos estado el comienzo del año con el buen propósito de adelgazar lo ganado en Navidades, y si acaso incluimos el de no fumar o ir al gimnasio. Y encima vienen los carnavales...
Enlazamos los turrones y mazapanes con las flores y orejas de Carnaval, los hornazos; todo muy apropiado para que en la Semana Santa lleguen las torrijas. Y tienes dos meses después para "compensar" porque quieres lucir bikini...
¿Qué quieres que te diga, que te hinches o que sufras estoicamente sin probar las maravillas del gochismo mediterráneo? Pues ahora, en pleno jueves lardero te diré que hagas lo que hagas, que sea con cabeza. Que no te comas un torrezno con remordimientos y pensando que te tienes que apuntar al gimnasio, porque no estarás disfrutando ese torrezno; que no te comas la ensalada más triste del mundo porque aborrecerás la dieta y la carne, que es débil, caerá con toda la razón del mundo.
No te voy a vender estas croquetas como un alimento saludable, ni como en los anuncios de comida de valor nutricional dudoso voy a decirte que con moderación, dentro de una dieta sana y una vida con ejercicio... No te engañes: estas croquetas son un caprichazo.
Lo bueno es que como tienen mucho sabor, no necesitas comerte veinte, aunque las veas pequeñitas. Saturan rápido, por lo que el tamaño es el adecuado para que piques unas pocas en una fiesta o un cóctel. Si después quieres ponerte una ensalada, hincharte a Kale o cualquier súper alimento sanitísimo, batido verde o zumo detoxicante para sentirte mejor, hazlo. Pero no te engañes, ¿vale? Sé consciente del capricho que te estás dando y asúmelo, pero sobre todo, dosifícalo.
Come siempre sano, no hagas una dieta para siempre, adopta un estilo de vida saludable y que te motive... y así muy de vez en cuando te podrás pegar un homenaje como el que hoy te traigo.
Espero que los seguidores baleares no se me echen encima con este experimento...
Si no tuvieras queso de Mahón a mano puedes usar cualquier queso curado, puesto que la idea es que no se funda en el interior de la croqueta, sino que se mantenga dispuesto a que te lo encuentres tras dar el mordisco, con el consiguiente cambio de texturas y de sabor. Tampoco descartes usar un queso ahumado, puede ser la bomba.
Para chiquicientas croquetas riquísimas, necesitarás:
- 75g de harina de trigo
- 75g de aceite de oliva
- 700ml de leche
- 125g de sobrasada ibérica
- 75-100g de queso de Mahón (yo lo compré en Quesería Cultivo)
- Sal y pimienta al gusto
Para rebozarlas y freírlas
- 2 huevos batidos
- Pan rallado
- Abundante aceite de oliva
En una cacerola calienta el aceite y cuando empiece a burbujear, añade la harina, removiendo con unas varillas para que no queden grumos. Deja tostar la harina un par de minutos o tres, que coja un poco de color, a fuego medio.
A continuación, añade la leche poco a poco y sin dejar de remover, una vez más para evitar los grumos. Disuelve bien la harina en la leche y deja el fuego medio-bajo, removiendo para notar cómo espesa. En cuanto veas que la cosa va tomando cuerpo, incorpora la sobrasada en trozos para que se integre bien en la bechamel; con el efecto del calor la grasa se fundirá y no te costará gran cosa. Rectifica de sal y pimienta y deja que cueza, pasando las varillas con cierta frecuencia, unos diez minutos (si has tostado bien la harina antes la bechamel no te sabrá a crudo, por lo que no necesitas estar media hora cociendo). También notarás que está lista porque espesa bastante, de tal modo que al pasar las varillas por la pared de la cacerola se despega con facilidad.
Vuelca el contenido en una bandeja para que se enfríe lo antes posible, protegiendo la superficie con film transparente, así no te hará telilla. Por supuesto, rebañar la cacerola no es una opción.
Atempera por completo antes de meter a la nevera un mínimo de 4 horas, aunque si lo puedes dejar de un día para otro, mucho mejor. Es una masa con bastante grasa y en cuanto coge algo de temperatura, se funde; eso es lo que mola a la hora de comerse una croqueta recién hecha, pero también es un martirio cuando hay que formarlas, por eso cuanto más fría esté, mucho mejor.
Antes de sacar la masa de la nevera, prepara todo para que no pierda frío: los huevos batidos, el pan rallado, una bandeja con un poco de pan rallado en la base,... También parte el queso en taquitos pequeños, aproximadamente de medio centímetro de lado. Van a ser unas croquetas de bocado.
Para el formado es importante manipular la masa lo menos posible, otra vez a vueltas con el asunto de la temperatura. La mejor manera para mí es tomar una porción de masa con una cucharilla de postre, además te aseguras que todas las croquetas tendrán el mismo tamaño y no darán problemas en la fritura.
Con una cucharadita colmada, introduce un trocito de queso que irás colocando en el centro y envolviendo con la masa en sucesivos pases con otra cucharilla. Eso ayuda a compactar la masa y a darle una forma más o menos establecida, que luego con los pases del rebozado queda definitiva. En este caso he preferido hacerlas redondas, pues tras darle la preforma pasan al pan rallado donde hago la bolita sin mucha presión ni calor de mis manos, después al huevo y por último al pan rallado de nuevo.


Normalmente hago dos pases de huevo alternando con dos pases de pan rallado, pero esta masa es tan blandita y agarra tan bien el pan rallado a la primera que no lo he creído conveniente.
Deposita las croquetas en la bandeja con pan rallado en la base y, una vez más, recomiendo encarecidamente frío antes de freírlas. El rebozado necesita asentarse, y también tenemos que evitar que la poca manipulación que hayamos dado a la masa estropee el resultado final en la fritura.
A la hora de freírlas, recuerda: abundante aceite caliente, introducir pocas unidades en cada tanda y removiendo constantemente para repartir el calor de forma uniforme, dejar calentar el aceite en cada tanda,... todos estos consejos, junto con los anteriores, te ayudarán a tener una croqueta con un relleno líquido en su interior (y con sorpresa de queso en este caso) sin que se abran y echen por tierra todo el trabajo, que no es poco.
Como te he dicho por el Facebook espectaculares!!!
ResponderEliminarNo conocía tu blog y quiero felicitarte por el, me parece chulisimo!!!
Un saludo!!!
Muy buenas María, a mi me encantan, así tal cual, con dos ingredientes estrella, besos!
ResponderEliminarHola , vengo a conocerte desde el blog de Sivia. T. y me quedo con tu permiso en tu blog, estoy encantada con tus recetas, me alegro de conocerte guapa!!
ResponderEliminarMi blog, " Que no te falte un perejil".
Hola Maria, vengo del blog de Silvia a conocer el tuyo y después de ver un poco he decidido quedarme a vivir en él, que por aquí hay cosas muy interesantes como estas croquetas.
ResponderEliminarUn beso.