No sé si a ti te pasa, pero después de los atracones navideños mi estómago tiene una especie de síndrome de abstinencia. Se ha acostumbrado a llenarse tanto que cuando vuelve a la normalidad, le parece poco.
Algo del estilo a terminar los exámenes finales: después de tanto estudiar, dejas de hacerlo y casi te sientes con la necesidad de ponerte a empollar. Bueno, a mí me pasaba xD
Llevo fatal lo de pasar hambre entre horas, creo que como soy muy nerviosa lo quemo todo enseguida, da igual lo mucho que desayune. Imagino que ni mis horarios tempraneros ni que me pasee entre cámaras frigoríficas deben colaborar en este sentido; pero puedo tranquilamente apretarme dos tostadas con miel y un té a las seis de la mañana y a las ocho llevarlas por los pies. Por eso hubo una temporada en la que el porridge me ayudaba a aguantar más tiempo hasta la próxima comida.
Se entiende como porridge a las gachas (normalmente de avena, pero pueden ser de cebada o semolina) que toman en el Reino Unido, especialmente en Escocia. Admiten mil combinaciones y sabores, por lo que si te mola la textura, que suele ser el mayor escollo, nunca te aburrirás de desayunarlo.
Como ya te conté en otra ocasión la avena es un cereal muy bueno para mantener el índice glucémico sin altibajos, sin monos de azúcar que hacen que atraques la máquina de las chocolatinas. Además controla el colesterol malo, y creo que después de estas navidades más de uno lo vamos a necesitar.
Este martes mi barrio parecía estar en medio de Londres, así que en pijama y gafas me lié a hacer fotos de la niebla cuando recibí el chispazo: tenía que desayunar porridge. A media mañana tenía clase de pole dance, todavía tenía que sacar a los perros y prometía un día duro en el trabajo.
Así, sin prisa y disfrutando de la mañana, me preparé este porridge tan bueno, con la fruta que andaba por casa. Es lo bueno, de verdad, lo haces con lo que tengas; prueba con chocolate y naranja confitada y brillarás de camino al trabajo.
Cuando estuve investigando sobre la receta del porridge perfecto, recurrí a un par de artículos de The Guardian y la BBC, y al final he adaptado un poco la forma de hacerlo a mi gusto; no he probado este desayuno en el Reino Unido, así que me tendré que creer que sabe como toca.
Para un desayuno de campeones necesitarás:
- 1 tacita de copos de avena
- 1 tacita de leche
- 1 tacita de agua
- 1 pellizco de sal
- Especias al gusto (o no): canela, jengibre, esencia de vainilla,...
- 1 cucharadita de miel
- Fruta de temporada (plátano, uvas pasas, pera, fresas,...)
El porridge lo puedes hacer con la calma y disfrutar del proceso o prepararlo en un par de minutos en el microondas, mientras te peleas con la cafetera.
Si optas por lo primero, en una cacerola deja tostar ligeramente los copos de avena sin nada de grasa, a fuego medio. Empezarán a desprender un aroma increíble que ayudará a que termines de despertarte. Una vez tostados, incorpora el líquido bajando el fuego, junto con el pellizco de sal y las especias. Deja cocer a fuego bajo hasta que espese a tu gusto, teniendo en cuenta que en el reposo posterior tomará algo de cuerpo; a mí con un par de minutos me suele bastar, tiene la textura de las gachas pero los copos de avena siguen notándose.
Si por contra vas con el tiempo pegado al culo, puedes añadir todos los ingredientes menos la fruta y la miel en un cuenco apto para microondas. Remueve bien y cocina un par de minutos a potencia media, o hasta que alcance el espesor que te gusta. Deja reposar o te escaldarás la lengua...
Me soprendió esta entrada aunque no fuera lo que andaba buscando (trabajo en servicio técnico de neveras.) No conocía la receta, me la guardo en casa para hacerla con los peques.
ResponderEliminar¡Gracias!!!
Un saludo,
Ángela
Reparar camara frigorifica madrid
Que rico por favor, ñam, ñam. Menuda receta!!!!
ResponderEliminarfotografo las palmas