Supongo que existen las
querencias, las derivas. Algo que está en nuestra naturaleza y que podemos
domar, pero no eliminar de nuestra esencia.
Todos tenemos un “algo” que nos
inclina a ser unos listillos respondones, unos maniáticos del orden, unos charlatanes, flemáticos o unos gansurrones. A veces, esas cualidades pueden usarse a placer
y de forma consciente, no por arrebatos; cuesta mucho, pero así uno crece,
madura y mejora.
Cierta querencia de participar en
experimentos debe de llevar mi kéfir, que mi compañero de I+D+I me dio hace un
mes. Y en un mes, ya me ha dado muchas cosas de las que hablar, y las que
quedarán…
El kéfir es un simbionte de
bacterias y levaduras que, en este caso, se alimentan de la lactosa de la
leche, produciendo en su metabolismo que ésta se acidifique y coagule en forma
de yogur más o menos intenso, en función de su tiempo y temperatura de
actuación. Esa acidez también ayuda a la conservación del cultivo y del
producto, ya que impide el crecimiento de microorganismos no deseados.
Los consejos de BakeStreet sobre
su mantenimiento me ayudaron mucho y así, fui consiguiendo adaptar los ciclos
del kéfir (aka Cuajanudo, ya sabes mi manía de ponerle nombre a mis fermentos)
a mi consumo. Sin duda, se parecía mucho a mi masa madre y eso ayudaba.
Esa similitud fue la que despertó
el gusanillo de todo esto. De qué manera.
KÉFIR
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MASA MADRE
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Acetobacter lovaniensis
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Candida humilis/millery
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Acetobacter fabarum
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Candida krusei
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Acetobacter syzygii
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Kazachstania exigua
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Acinetobacter spp.
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Lactobacillus acidophilus
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Bifidobacterium spp.
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Lactobacillus alimentarius
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Candida inconspicua
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Lactobacillus brevis
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Dysgonomonas spp.
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Lactobacillus buchneri
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Enterococcus faecium
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Lactobacillus casei
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Geotrichum candidum
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Lactobacillus crustorum
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Gluconobacter japonicus
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Lactobacillus delbrueckii
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Halococcus spp.
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Lactobacillus farciminis
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Kazachstania aerobia
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Lactobacillus fermenti
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Kazachstania exigua
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Lactobacillus fermentum
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Kazachstania unispora
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Lactobacillus fructivorans
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Kluyveromyces lactis
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Lactobacillus frumenti
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Kluyveromyces marxianus
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Lactobacillus hilgardii
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Kluyveromyces marxianus var. Lactis
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Lactobacillus
leichmannii
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Lachancea meyersii
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Lactobacillus mindensis
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Lactobacillus amylovorus
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Lactobacillus panis
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Lactobacillus brevis
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Lactobacillus paralimentarius
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Lactobacillus buchneri
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Lactobacillus pastorianus
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Lactobacillus casei
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Lactobacillus plantarum
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Lactobacillus casei subsp.
Pseudoplantarum
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Lactobacillus pontis
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Lactobacillus crispatus
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Lactobacillus reuteri
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Lactobacillus delbrueckii subsp.
Bulgaricus
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Lactobacillus sanfranciscensis (L. brevis var. lindneri)
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Lactobacillus helveticus
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Lactobacillus viridescens
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Lactobacillus kefiranofaciens
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Pediococcus acidilactici
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Lactobacillus kefiranofaciens subsp.
Kefiranofaciens
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Pichia saitoi
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Lactobacillus kefiranofaciens subsp.
Kefirgranum
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Saccharomyces cerevisiae
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Lactobacillus kefiri
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Torulopsis Holmi
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Lactobacillus parabuchneri
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Lactobacillus paracasei
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Lactobacillus parakefiri
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Lactobacillus plantarum
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Lactobacillus satsumensis
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Lactobacillus uvarum
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Lactococcus lactis subsp. cremoris
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Lactococcus lactis subsp. lactis
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Leuconostoc lactis
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Leuconostoc mesenteroides
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Pelomonas spp.
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Pichia fermentans
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Pichia guilliermondii
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Pichia kudriavzevii
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Pseudomonas putida
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Saccharomyces cerevisiae
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Saccharomyces martiniae
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Saccharomyces turicensis
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Saccharomyces unisporus
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Shewanella spp.
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Streptococcus thermophilus
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Weissella spp.
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Como puedes ver, ambos fermentos
comparten muchos microorganismos en común, si bien el kéfir tiene más bacterias
fermentadoras de lactosa. La masa madre, sin embargo, saca la energía de la
degradación del almidón de los cereales, donde el azúcar que usan es la
amilosa. No obstante, ten en cuenta que la regionalidad hará que predominen unas
especies u otras, pero es curioso ver que haya tantas levaduras en el kéfir.
Tanto el kéfir como la masa madre consiguen
generar dióxido de carbono y compuestos que cambian el sabor y olor del
sustrato… ¿no sería interesante que se pudiera adaptar el metabolismo del kéfir
a una masa de pan?
Así es como he empezado a hacer
pruebas, con diferentes resultados. No he querido ni pretendo hacerte creer que
he descubierto la pólvora, ya que el uso de kéfir como cultivo iniciador para
una masa madre de kéfir (MMK a partir de ahora) lleva tiempo luciéndose en las
redes; pero sí quiero aportar mi visión sobre el asunto y darlo a conocer al
vulgo que no está metido en estos temas. Por supuesto, presento todo esto con humildad y sin saber muy bien en qué jardin me estoy metiendo; si tú, panarra senior que quizá me lees, quieres meter baza, hazlo por favor. Así aprenderemos todos.
¿Recuerdas cómo me fue en mi búsqueda de la masa madre? Bueno, pues decirte que en un par de días, con dos
refrescos, puedes tener una MMK “exprés” para hacer un pan sin mucha floritura.
Eso sí, tengo claro que el cultivo no es perfecto y por ello el pan tiene mucho
que mejorar. Futuros experimentos en marcha ayudarán a determinar si se puede mantener una MMK estable, activa y funcional.
¿Limitaciones? La principal, el
kéfir es un cultivo acostumbrado a la lactosa, así que yo no se lo puedo quitar
de la noche a la mañana; primero, porque habrá microorganismos que no
encuentren energía alternativa en el almidón y sean consumidores estrictos de
lactosa. Estos terminarán muriendo, también víctimas de la presión de los que
pueden alimentarse con almidón, a falta de algo mejor. Esa es otra de las
limitaciones, que acostumbrar a bichitos que llevan toda su estirpe tirando de
lactosa es algo que lleva tiempo, aunque puedan sacar provecho del almidón. Confío
que el crecimiento exponencial de los microorganismos esté de mi lado y pueda
sacar un cultivo útil.
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MMK con leche al 50% |
![]() |
MMK con agua |
De momento, puedo enseñarte un
pan sencillo para los que estén acostumbrados a manejar masa madre, la hecha
con harina y agua de toda la vida. Los tiempos de fermentación son más largos,
por lo que hablaba antes: este cultivo todavía no sabe aprovechar bien el
almidón. Quizá por eso hay faltas evidentes, como es la gelatinización relativa
de la miga, ya que el almidón, no siendo
aprovechado por los microorganismos, entorpece la labor estructural del
gluten. Confío en que esto desaparezca en cultivos más maduros.
Para que te hagas una idea, con
estos calores y una masa madre de centeno al 100% de hidratación, yo puedo
tener en mi cocina (27-29ºC) un pan listo para fermentar en 6 o 7 horas. Las
primeras pruebas me demostraron que así estaba falto de fermentación.
Los panes de esta entrada se
hicieron con fermentación retardada por exigencias del guión, y siguieron
quedándome cortos de fermentación: la segunda fermentación, en nevera, fue de
11 horas pero bien podría haber aguantado al día siguiente para hornear (y no
me habría acostado a las 2:00, por otra parte). Con todo, no me desanimó, salió
un pan aceptable.
Probé, ya teniendo la MMK activa,
a dividirla en dos y hacer una masa refrescada sólo con agua y otra refrescada
con agua y leche en la misma proporción, por ver si aparecían diferencias. Con
los mismos procesos, la masa que llevaba leche era menos manejable al amasado,
mientras que la masa con agua necesitaba menos trabajo para conseguir el
desarrollo del gluten. No hay que olvidar que al incorporar leche a la masa,
ésta se vuelve una masa enriquecida, con todo lo que conlleva.
![]() |
Izda: MMK con leche al 50%. Dcha: MMK con agua |
Sin embargo, a la hora de
fermentar, y aunque las migas son bastante similares, me da la sensación que
por la greña el pan que llevaba leche fermentó mejor. Tiene su lógica, ya que
le estamos dando al cultivo de lo que mejor se alimenta.
![]() |
Izda: MMK con leche al 50%. Dcha: MMK con agua |
Es por estos pros y contras por
lo que al final he decidido presentar las dos recetas, para que elijas a
conveniencia. No obstante, yo te diría que te decantases por la masa que lleva
sólo agua en el segundo refresco, dejes más tiempo de fermentación y listo.
¡Empezamos!
Para realizar un cultivo inicial
o starter de MMK:
- 75g de harina integral o semiintegral (prueba
centeno o T80 de trigo)
- 125g de leche kefirada de 3 días en nevera
Mezclando todo en un bote
consiguió doblar su volumen a las 6 horas, aproximadamente. Es una masa muy
líquida que ayuda a la proliferación microbiana.
A continuación hacemos la
división de la masa para los diferentes refrescos, ajustando ya la hidratación
al 100%:
Refresco A) con 100g del starter
+ 50g de leche +50g de agua +150g de harina de trigo (panadera
usé yo).
Refresco B) con 100g del starter
+ 100g de agua + 150g de harina de trigo.
Tras 8 horas en temperatura
ambiente (27ºC) la masa ha doblado con creces, incluso se ha colapsado un poco
y empieza a bajarse. Al probarlas, sin embargo, no se nota acidez; si acaso hay
un vestigio en la masa refrescada con una parte de leche. Además, en esta
última el gluten parece menos firme.
Las fórmulas para hacer los panes
quedarían así:
Pan A)
-
400g de harina de trigo panadera
-
225g de agua (65% sobre el total)
-
200g de refresco A
-
10 g de sal
Pan B)
-
400g de harina de trigo panadera
-
225g de agua (65% sobre el total)
-
200g de refresco B
-
10 g de sal
Procedimiento para ambos panes:
Empieza realizando una autolisis de
20 minutos, mezclando la harina y el agua. Esto ayudará a que el almidón se degrade
y los azúcares simples estén disponibles para los microorganismos de la MMK.
Tras la autolisis, mezcla el
resto de ingredientes y realiza un amasado francés, aunque si no te apañas,
puedes hacerlo por pliegues dentro del mismo bol donde tienes cada una de las
masas; consiste en llevar la masa de un lado a otro sobre sí misma, como si
estuvieras doblando un mantel.
Yo realicé dos ciclos de amasado
de 5 minutos, con un reposo de 5 minutos entre medias.
Cubre la masa y deja fermentar
unas 3-4 horas, realizando pliegues a la hora-hora y media y a las dos
horas-dos y media de haber empezado la fermentación. Verás que con esto la masa
va cogiendo “músculo”.
Realiza un preformado en bola con
una ligera capa de harina en la mesa, deja reposar 5-10 minutos, desgasifica
con unas palmaditas suaves y forma según tu gusto, hogaza o batard. Es una masa
que se desparrama un poco pese a llevar una hidratación normal, quizá es
conveniente realizar la segunda en cestillo o banetón. Yo la realicé en lino,
pero sujetando con pinzas para crear tensión. Tras el formado, tapa bien para
que no se reseque y deja en la nevera unas 18 horas, no va a resentirse.
Cuando vayas a hornear, asegúrate
que tienes una bandeja con piedras o tornillos en la base del horno donde echar un vaso de agua, ya que
necesitas crear vapor. Precalienta el horno al máximo y greña los panes antes
de meterlos; en mi caso uso sólo la resistencia inferior y vapor para los
primeros 15-20 minutos, pero me da que esta masa va a ser agradecida en cocotte.
Después, hornea a temperatura a
230ºC sin vapor unos 15 minutos con ambas resistencias, y termina los 10-15
últimos minutos con 210ºC para conseguir una buena corteza. Deja enfriar en el
horno con la puerta entreabierta para que termine de secarse.
Bibliografía:
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mindensis sp. nov". International journal of systematic
and evolutionary microbiology 53 (Pt 1): 7–13. doi:10.1099/ijs.0.02202-0. PMID 12656145.
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Vancanneyt, M (2007). "Lactobacillus crustorum sp. nov.,
isolated from two traditional Belgian wheat sourdoughs". INTERNATIONAL
JOURNAL OF SYSTEMATIC AND EVOLUTIONARY MICROBIOLOGY 57 (Pt
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Su, M. S.; Oh, P. L.; Walter, J; Gänzle, M. G.
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Tscheuschner,
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Ole, ole y ole!!! Cuánto aprendo con estas entradas Lo dejas todo super claro y espero algún día ponerme a preparar mis propios panes a mano :)
ResponderEliminarClaro que sí, mujer... paciencia y nada más.
EliminarHola Maria, muchas gracias por la entrada. A mi me pasa como a ti, soy panarra con mente científica, por lo que me ha encantado el análisis que has hecho. Decirte que a mi también me gusta utilizar la leche kefirada para hacer pan, sobre todo cuando tengo excedentes. La utilizo, en sustitución de agua, tanto para refrescar la masa madre al 100% de hidratación, como para la masa final. Aunque siempre he de completar con algo de agua porque no me llega. El resultado es una masa mucho más espesa que de costumbre que trabajo y horneo como si fuera una masa típica de MM. El pan que me sale es bastante ácido, pero está buenisimo, sobre todo si lo troceo y lo echo en un tazón de leche kefirada fresquita. La próxima vez probaré a hacer tu método. Por cierto, creo que hay un error en el texto, cuando describes el refresco A, se repite dos veces "50 g de agua", ya me dices. Brutal la biblio al final.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario! Bueno, aunque ya estuvimos hablando por el grupo del pan casero, volverte a agradecer tu interés por este asunto. Me gusta que haya otros taraos como yo usando kéfir en el pan.
EliminarAh, y gracias por el apunte! queda corregido ;)
Espectacular
ResponderEliminarExcelente información! Hace unos años me meti en el mundo de los panes con masa madre y siempre pruebo distintas proporciones y tipos de harina siempre tomando nota de las recetas procesos y panes logrados y me encanto la idea de incorporar kéfir en los panes. Saludos y gracias por el dato
ResponderEliminarHola,luego q sacas el pan formado de la nevera ,lo introduces directamente al horno o lo dejas reposar afuera un tiempo?
ResponderEliminarHola, yo tengo kéfir de agua, porblo que supongo que tendría mejor desarrollo en la receta que lleva solo agua. Mi pregunta es, si debo poner solo el kéfir o debo poner los nódulos de kéfir
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