Febrero se va terminando, y también para completar el reto de Postres Originales de este mes, a elegir entre pera o alcachofa.
Ambos me gustan para cocinar, por lo que lo he tenido bastante difícil. Finalmente me he lanzado a hacer un plato de pasta rellena con pera y gorgonzola, en mi manía de mezclar dulce y salado.
Con la cantidad de variedades de pera que hay, te recomiendo que uses una que no suelte mucha agua, como la pera blanquilla. Tiene la carne tersa aunque esté madura, y al cocinar se mantiene igual de bien; es algo a tener en cuenta para que el relleno no se haga aguachirri.
El queso, para que se note, tenía que ser gorgonzola; es un queso azul, dulce y no demasiado potente dentro de su variedad. Con uvas también combina que da miedo, pero eso es otra historia y merece ser contada en otra ocasión ;)
Ya que te vas a currar un relleno chulo para la pasta, ésta no va a ser menos: tampoco te complico la vida pidiéndote que busques sémola de trigo duro: con harina de repostería te apañarás bastante bien aunque el resultado no sea todo lo canónico que un plato de pasta requiere.
La tarea se facilita con una máquina de pasta que estira las láminas: no te preocupes, en el caso de la pasta rellena yo prefiero que quede gordita para que tenga más aguante a la hora de contener el relleno y para que tenga protagonismo, que sepa y se note porque no sólo es un recipiente del relleno. Si no tuvieras la máquina, con un buen rodillo podrás conseguir el mismo resultado.
Por último, al tener tanta elaboración no puedes emocionarte con la salsa, por eso he optado por una nata condimentada ligeramente... pero tirándote el rollo enormemente: puedes usar sal y pimienta o usar sal de trufa blanca, que compré en Blackpepper & co. hace unos días. Un poquitín, no necesita más, y el plato asciende de categoría sin saturar.
Venga, anímate...
Para que una pareja se monte una cena romanticona, necesitarás:
- 1 huevo grande
- 100g de harina
- 2 peras blanquillas
- 1 cebolleta pequeña
- 1 cucharada de aceite de oliva suave
- 2 cucharadas de piñones
- 1 chorrete de vino blanco
- 75g de queso gorgonzola dulce
- 200ml de nata para cocinar
- sal y pimienta
Empieza haciendo la pasta fresca con el huevo y la harina, sólo tienes que mezclarlos hasta conseguir una masa uniforme. Si ves que se te resquebraja mucho, es que le falta hidratación; añade una cucharadita de agua a ver si así se arregla.
Cuando tengas una masa homogénea, envuélvela en papel film y deja reposar a temperatura ambiente mientras preparas el relleno.
En una sartén amplia calienta el aceite y sofríe la cebolleta a fuego medio, picada muy finamente. Incorpora los piñones ligeramente machacados, y la pera pelada y picada. Si vieras que suelta agua, sube un poco el fuego y menea la sartén para no aplastar la fruta.
Cuando empiece a coger color, añade el vino blanco y deja que se evapore en su totalidad.
Aparta del fuego para incorporar el queso gorgonzola a trocitos, removiendo para que se deshaga con el calor residual, aunque no es necesario que sea homogéneo. ajusta de sal y pimienta y reserva.
Prepara las láminas de pasta con la máquina, dejando la posición máxima en el número 6 para que salgan unas láminas de un milímetro y pico de grosor, pero que no llegue a los dos milímetros.
Espolvorea la mesa ligeramente con harina para que al depositar las láminas no se peguen y ve pensando cómo de grandes quieres los ravioli: yo los suelo hacer más bien pequeños porque al cocer algo crecen, así que las láminas que preparo son de unos 10cm de ancho y las doblo longitudinalmente.
Coloca montoncitos del relleno, que ya tiene que estar frío, a intervalos en el medio de la lámina, dejando margen suficiente para sellar y cortar la pasta. Para sellarla usa agua pasada con un dedo en las zonas donde se juntará la pasta, luego dobla la lámina por la mitad y sella todos los bordes asegurándote que no se escapa relleno. Termina cortando con un cortapizzas o si tienes un cortapastas festoneado, mejor.
Según los vayas terminando, deposítalos en una bandeja ligeramente enharinada y sin que se amontonen, ya que podrían pegarse. Deja que se sequen una o dos horas a temperatura ambiente antes de usarlos.
Cuando vayas a cocer los ravioli prepara abundante agua salada hirviendo: es muy importante que hierva bien porque cuando añadas la pasta bajará un poco la temperatura, eso podría provocar que la ebullición se estancase y la pasta se pegara.
Tras unos 3-4 minutos cociendo, escurre y cuece un minuto o dos más en la nata, salpimentada.
Como detalle opcional, puedes espolvorear ligeramente el plato con sal de trufa blanca. Visualmente apenas se notará, pero la receta ganará por mil.
Qué pasada!! Todo lo que sea pasta me parece maravilloso y esta combinación es perfecta. Yo estoy deseando lanzarme a hacer pasta fresca, a ver cuando me animo.
ResponderEliminarUn saludo
No te defraudará!
EliminarWoW, el sabor de esos ravioli tienen que estar deliciosos!!! Me ha encantado descubrir tu receta!!!
ResponderEliminarUn besito,
Sandra von Cake
Me alegro que te haya gustado ^^
EliminarMadre mia que ricos!Hace tiempo que tengo ganas de probar la mezcla gorgonzola/pera tiene que ser bestial!
ResponderEliminarUn besito guapa,me quedo por aqui
Muchas gracias :D
EliminarMe encanta esta pasta, siempre la compraba al lado de casa que la hacian en forma de saquitos, la combinacion es perfecta! Un besito
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho la pasta rellena :D
EliminarBueno, bueno, raviolis épicos y reto más que superado. ¡Qué pasada! Me encanta esta combinación. Hay un pequeño restaurante en Málaga donde a veces vamos, que te ponen unos fagotinnis con este relleno, y qué bueeeenos están. Así que me puedo imaginar cómo han quedado tus raviolis!!
ResponderEliminarJajajaja pues me alegro que te guste, sobre todo si ya lo has probado :P
EliminarPues para ser a última hora, te ha quedado una receta de lo más resultona, que barbaridad!!!
ResponderEliminarSoy compi del reto, y te acabo de conocer, asi que aqui me quedo para no perderme na de ná!!!
Besos
muchas gracias! en breve me paso yo también para echar un ojo a tu blog
EliminarQue bien te han quedado los raviolis María, me ha encantado tu receta, y rellenos de pera y gorgonzola tienen que estar buenísimos! Enhorabuena!
ResponderEliminarUn beso!
Raquel
Gracias :P
EliminarQue raviolis más ricos, el queso junto a las peras tiene que estar delicioso!!! Una receta muy original y sabrosa.
ResponderEliminarUn bst.
si eres fan del dulcesalado como yo, seguro que te encantan :D
EliminarAlgo nuevo para mi palar, seguro está delicioso !
ResponderEliminaraprovecho a seguirte aca en tu blog, te espero en el mio si deseas :)
Ooohhhhhh pasta... mmm!!! Estuve pensando en hacer unos saquitos de pera y gorgonzola pero eso de que la fruta esté hecha (cocida/horneada/salteada) no era algo que me llamase en exceso la atención así que lo dejé estar, pero de seguro que te quedaron geniales, la pinta la tienen desde luego :D
ResponderEliminarBesitos!!!
Ohhh esta combinación de gorgonzola y pera es perfecta para un ravioli!! Y va muy bien para una cena romántica, sí! Muy rico!
ResponderEliminarUn beso
Hola, todo preparado en casa, me parece de lo más! y el relleno creo que me lo iría comiendo antes que de que llegue a su destino. Quiero probar esa sal, a ver si la encuentro por Bcn, gracias!
ResponderEliminar¡Quiero un platito, por favor! ^_^ Me encanta la combinación pasta/pera/gorgonzola... ¡y todo hecho en casa! ¡tiene mucho mérito! ^_^
ResponderEliminarUn placer visitarte, compañera de Reto ^_^
Yo quiero probarlos!!! Seguro que son una delicia :)
ResponderEliminar