Haciendo backtracking, me estoy dando cuenta que últimamente no estaba colgando recetas dulces... cosa rara en mí, teniendo en cuenta que mi gusto por la cocina viene fundamentalmente por la repostería.
Pero me doy cuenta que, a casi un año de vivir independizada, la cocina de cada día es lo que llena mi plato; los bizcochos, flanes y madgalenas me siguen encantando, pero no es algo de lo que pueda (¡ni deba!) alimentarme. Tampoco lo quiero dejar apartado, me da rabia que me pasen recetas chulas y dejarlas para otro día que parece no llegar nunca, me vuelvo una voyeuse de recetas.
Otra opción es usar el comodín de la glucosa para esos días en los que cocinar y comer algo dulce se convierte en una terapia, ¡y vamos que si funciona!
Cuando veo cómo ha quedado la tarta tras pasarle el quemador, el olor a azúcar tostada... jo, esto no soluciona mis problemas de un plumazo, pero por lo menos le dan otra perspectiva.
La cosa me tuvo entretenida como una hora, de esas que se te pasan volando en comparación con el resultado final. En un principio pensé en hacer la variante anaranjada de la tarta de limón con merengue, pero liarse con lo que conlleva no era lo que más me apetecía, para que luego fuera eso, una simple versión.
Sin embargo, al añadirle el componente tostado del caramelo la tarta cambia radicalmente, cosa que se puede notar con los cinco sentidos. Simplifico la receta inicial, y gano en el resultado. Para mi gusto, no sabe tanto a yema como me gustaría, pero al llevar naranja es normal que se atenúe.
¿Te animas?
Para un molde de 22 cm, necesitarás:
- 150 g de galletas, te valen tipo María, pero unas tipo Digestive también lo bordan
- 75 g de mantequilla sin sal, en dados y a temperatura ambiente
- Dos cucharadas de Cointreau (también puedes usar ron)
- 4 yemas de huevo
- Un bote pequeño de leche condensada (400 g)
- el zumo de tres naranjas pequeñas (en total, como 300 g en naranjas)
- la ralladura de una de las naranjas
- azúcar a cascoporro (para quemar la superficie de la tarta)
Precalienta el horno a 150ºC con calor arriba y abajo.
Pica las galletas hasta convertirlas en un polvo fino (puedes usar un mortero o el vaso de la batidora), y en un cuenco mézclalas con el Cointreau y la mantequilla, hasta conseguir una pasta de textura como la arena de río: si la estrujas conserva la forma, pero se puede deshacer fácilmente.
Con eso forra el molde procurando que quede una capa uniforme tanto en la base como en las paredes, y hornea 15 minutos. Si ves que los bordes se tuestan demasiado, baja la bandeja de la posición media a una por debajo.
Mientras se hornea la base, puedes ir batiendo las yemas mientras incorporas la leche condensada poco a poco. Después haz lo mismo con el zumo de naranja y la ralladura, removiendo con las varillas hasta que esté todo bien integrado.
Saca la base del horno y rellena con la crema anterior; hornea 25-30 minutos (pinchando en el medio verás que el palillo sale limpio).
Para darle el toque final, espolvorea abundante azúcar por la superficie y tuéstala con un quemador o soplete.
Si no tuvieras, saca la tarta como 10 minutos antes del horno, espolvorea el azúcar y prueba a gratinarlo, pero vigila el horno no sea que el azúcar se queme demasiado.
Deja que enfríe antes de probarla, ¡si es que puedes!
Duda existencial, ¿de cuanto es el bote de leche condensada pequeño que usas? en los supermercados a los que voy solo tienen tamaño tribu de los Brady xD
ResponderEliminarEsta cae fijo!
Ya lo he editado, reina mora: 400 g de leche condensada. Comprendo que los botes pequeños no estén muy extendidos, el 90% de la leche condensada se come a cucharadas (datos contrastados en mi casa y en la de mi novio), así que cuanto más duren, mejor. Digo yo.
EliminarY super fan de los moldes de pie y en general moldes de Chicago Metallic! xD Son unas joyicas!
ResponderEliminarYo también!! Mira que en la entrada no he dicho nada y tú con ver el borde ya sabías que era de Chicago Metallic, eso es amor y lo demás son tonterías. Este me lo compré en plan "ya veré que hago con él" y me es de lo más socorrido por el tamaño que tiene.
EliminarPintaza!! Lo voy a hacer en breves...ummm
ResponderEliminarMe encanta lo de azúcar a cascoporro...jajaja
Gracias! ^^
EliminarA cascoporro debía ser un sistema de medida internacional, siempre lo he pensado :P
naranja y yema tostada, qué rica combinación!!! yo con tu permiso me guardo ya la receta para el otoño, mi horno se ha declarado en huelga, jajaja
ResponderEliminarSalu2. Paula
Permiso concedido!! Menos mal que este verano iba a ser atípico por el poco calor...
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