martes, 28 de mayo de 2013

Empanadillas de espinacas al horno

Si hay una cosa tan versátil o más que la pasta rellena, son las empanadillas. Lo único que no llevo bien es que vayan fritas, ya que normalmente la masa absorbe mucha grasa y se vuelven pesadotas; he llegado a cogerle manía a las obleas de masa que venden sólo por eso. El plan B es hacerlas al horno, aunque no llegan a aparecer burbujas en la masa resultan también muy crujientes y ligeras; además, me da la sensación que aguantan mejor el recalentado.

Como tardan poco en hornearse (20 minutos) ya depende de lo que te entretengas con el relleno para tenerlas listas; incluso puedes tenerlo preparado con antelación. 

Esta receta además es muy buena para gente vegetariana, porque resulta muy completa. El queso y las pipas no están sólo para que esté rico, también aportan energía! Si no te gusta el queso o eres intolerante a la lactosa, tampoco vas a dejarlas cojas si se lo quitas (y sustituyes la mantequilla por aceite); la salsa es como una bechamel, pero con caldo de verduras en lugar de leche.

Bien podía haber bajado a comprar las obleas, pero es que teniendo en casa lo necesario para hacerlas, y con la manía que las tengo... Ahora, que si no te quieres liar y las compras, seguro que están muy ricas.

Espero que sea lo que Ñita esperaba cuando me sugirió una receta de horno para vegetas!

Necesitarás doce obleas de empanadilla grandes o:
- Medio vaso de agua
- Un pellizco de sal
- 1 cucharada y media de aceite de oliva suave
- 1 cucharadita de mantequilla
- 200 g de harina (reserva más por si acaso y para la mesa)
- 1 huevo batido

En un cazo, pon a hervir el agua junto con la mantequilla, el aceite y la sal. Cuando hierva, aparta del fuego y añade la harina, removiendo bien para eliminar grumos. Incorpora también la mitad del huevo batido (lo que sobra servirá para pintar las empanadillas una vez montadas).
Amasa y añade más harina si ves que queda muy pringosa, tienes que ser capaz de darle forma de bola para que repose, al menos, media hora.

Tras el reposo, afina la masa con un rodillo en una mesa enharinada, y corta los círculos con un cortapastas redondo, un vaso con buen filo o el borde de un tupper redondo, de unos 12-14 cm de diámetro. En función del tamaño, es posible que te salgan más o menos circulitos, pero el relleno se ajusta igual.

Para el relleno:
- 200 g de espinacas congeladas
- 1 zanahoria mediana
- 1 cebolla pequeña
- 1 cucharada de pipas de girasol peladas
- 50 g de queso de cabra
- 1 pastilla de caldo de verduras
- 750 ml de agua
- 1 cucharada de aceite
- 2 cucharadas de harina de trigo
- 1 cucharadita de mantequilla

En el agua indicada cuece las espinacas con la pastilla de caldo. Luego nos va a servir para hacer una velouté, que es básicamente el mismo procedimiento de una bechamel pero con caldo en vez de leche.
Mientras tanto, pica la cebolla y la zanahoria en trozos más bien pequeños y sofríe en una cucharada de aceite.

Cuando estén las espinacas, escúrrelas bien para que no les quede ni pizca de caldo, y mezcla con el sofrito y la cucharada de pipas.

Para preparar la salsa tuesta la harina en una cucharadita de mantequilla, y añade cucharón a cucharón el caldo de verduras. Tiene que resultar una salsa tirando a espesa, ya que va a ser la ligazón del relleno; con 4-5 cucharones de caldo será suficiente, si te sobra siempre lo puedes emplear para una sopa.
Deja que cueza a fuego lento 10-15 minutos, y ajusta de sal si lo crees necesario.

Trocea el queso de cabra en dados y mezcla con el relleno y la salsa, procurando que no se deshaga demasiado. Así, te irás encontrando los trozos semiderretidos al comer las empanadillas ^^

Precalienta el horno a 200ºC, y mientras tanto ve rellenando las obleas con una cucharada de relleno por cada una, sellando bien los bordes para que no se salga nada. Como la masa casera es más blanda que la comercial, aparte de aplastar los cantos haciendo la media luna, los retuerzo sobre sí mismos en el borde, haciendo una especie de cenefa.
Pinta con huevo y hornea durante 20 minutos con calor arriba y abajo, hasta que queden doradas y la masa esté cocida.



¡Un momento!
¿Por qué no aprovechas el calor del horno para hacer el postre?


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